Por lo regular, cuando la base de algo está roto, es muy probable que no soporte lo que carga porque no tiene la capacidad de afrontar todo el peso que lleva a cuestas, ni mucho menos de ver con claridad la responsabilidad que tiene de sostener e impulsar lo que está a su cargo.

 

Pues bien, aunque esta pequeña descripción pueda pertenecer a cualquier objeto, déjeme decirle que también podría describir fielmente al ayuntamiento de Zacatelco.

Un ayuntamiento roto, disperso, y como lo comentaban en las redes sociales, sin pies ni cabeza. Donde quienes aluden de tener los cargos más altos han demostrado nula capacidad para ello, donde existe una parte opositora y donde quienes podrían hacer más, prefieren ser parte de los agachados.

Para demostrar esto creo que no hace falta ir tan lejos, hace pocos días en las festividades de las fiestas patrias tuvimos claros ejemplos de esta situación que lejos de afectar la imagen del ayuntamiento, demuestra las pésimas condiciones en las que se encuentra el mismo, la base primordial para el desarrollo del municipio.

La poca comunicación entre regidores, presidentes de comunidad y alcalde al acudir a eventos como la recepción del fuego simbólico de independencia con el que se da inicio a los festejos patrios, donde cada quien acudió por su lado y como quiso, algunos hasta por comentarios de terceros fue que se enteraron de dicho evento, a diferencia de otros municipios donde sus funcionarios acudieron uniformados, mínimo para despistar.

Y aunque tampoco es necesario que a cada evento que haya que asistir se deba mandar oficio a cada uno de los funcionarios cuando se supone son obvias esas participaciones, es claro que en el ayuntamiento de Zacatelco, apenas y se toleran.

¿Qué mensaje tuvo para usted que en el desfile del 16 de septiembre en el que (haciendo a un lado la descoordinación) sólo acudieron siete de los dieciséis integrantes del cabildo? hubo quienes tenían eventos en ese mismo momento pero también hubo quienes sin lugar a duda se arrepintieron de haber desfilado al no converger con la misma ideología del alcalde.

Aunque el punto aquí no es que todos piensen igual, si no que realmente piensen en que es bueno para el municipio, que gestionen, que trabajen, que organicen y que apliquen lo que se tiene con el objetivo de mejorar.

Ahora bien, si a todo esto le sumamos la pésima imagen que dio el secretario del ayuntamiento, Juan Felipe Rodríguez Sánchez al salir al balcón principal a leer en primera, en muy mal estado al encontrarse prácticamente borracho y en segunda, al leer un acta de “independencia” que no fue la correcta, información que además de ser evidente en ese momento, los mismos trabajadores del ayuntamiento nos corroboraron después.

Y así, se vivieron las fiestas patrias. Los de arriba en su “fiesta mexicana” disimulando las rechiflas, las equivocaciones y el alcohol y los de abajo, disfrutando un poco del pequeño momento de Alzheimer que se encarga de borrar al menos por esa noche todas las injusticias, robos, irregularidades, inseguridad y malos manejos de nuestros queridos gobiernos, conmemorando a los Héroes que nos dieron Patria y a los ladrones que nos la han quitado.

Para finalizar y cambiando un poco de tema, estos días tuve presente un comentario que me hicieron respecto a lo que escribo y que les compartiré.

“Ya no escribas con el hígado”, me comentaron. Pues no, afortunadamente no escribo con él, aunque está un poco deteriorado trato de cuidarlo, yo no escribo con el hígado ni con la vesícula, yo escribo con las manos y escribo lo que veo. Pero con tal consumo de alcohol y con tantos corajes, tal vez quien deba cuidar ese hígado sea alguien más ¿no creen?

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