Un poco de dialogo interno
Hace varios años, en el andar diario de cada dia, en la búsqueda de la manera, estilo, forma o metodología que adoptaría para que me identificaran en el área profesional, en esa búsqueda por la que ahora las personas hacen favor de recomendar mi trabajo como “promotor de métodos y técnicas psicológicas”, en ese entonces, escribí lo que denomine:
“…Un poco de dialogo interno”; deseo le agrade y más aún, le sea de utilidad.
Hoy descubrí al amor de mi vida…
Me pareció haberle visto en otras ocasiones, en otros lugares y en muchos momentos, noté su presencia al pasar frente aquel gran aparador que está camino a casa, noté su mirada al andar por el enorme pasillo mientras realizaba unos trámites, si justo al costado del muro grande, cuando tomé el transporte, a través del espejo retrovisor pude verle, ahí estaba también; habían sido demasiadas coincidencias.
Esa mirada, esa expresión, parecía querer decirme mil cosas, parecía conocerme muy bien, esa mirada reflejaba tristeza y al mismo tiempo mucha alegría, transmitía, incertidumbre pero también paz, proyectaba confusión, soledad, nostalgia y al mismo tiempo amor, mucho amor verdadero.
Fue al llegar a casa que ya no tuve duda, era cierto, había descubierto a quien de verdad me ama, había descubierto al verdadero amor aquel que estarás conmigo por siempre, que jamás me abandonará , que además comprende mis fallas y juntos disfrutamos los aciertos.
Fue al llegar a casa y notar que esta vez no me pareció vacía ni fría, que no sentí nostalgia que ya no sentí soledad, fue al llegar a casa al tomar el espejo para sacar aquella basurita que por tanto tiempo ha provocado que mis ojos derramen lágrimas, esa basurita que nuevamente no encontré; fue en ese momento que toda duda desapareció, ¡ahí estaba el amor de mi vida!.
Ese amor que esperaba con ansias, esa mirada que había estado buscando en otra parte, esa sonrisa de reproche y nostalgia, esa mirada de sorpresa, admiración y a veces de duda por saber si estoy haciendo lo adecuado, esa mirada estaba también ahí, esa mirada que no sabe mentir, que avala o desaprueba con honestidad mis actos sin apapachos, sin falsas atenciones expresando la realidad por muy difícil que sea o con toda la alegría que pueda generarse.
Si ahí estaba en ese momento frente a mí, lo había escuchado decir a otras personas, pero no lograba entenderlo: “El verdadero amor de tu vida eres tú mism@”.
En ese momento lo entendí y no se trata de fomentar narcisismo (enamoramiento de sí mismo), no se trata de provocar síntomas patológicos ni de desvirtuar la realidad, no es el punto fomentar egocentrismo, solamente lo innecesario que resulta buscar en otras personas lo que corresponde otorgarnos a nosotros mismos, que no es necesario pasar de unas manos a otras que muchas veces solo se satisfacen así mismo@s dejando insatisfacción y vacíos.
Que si podemos estar solos sin sentir soledad porque nos tenemos así mismos, que no hay razones para tener “pareja” solo porque un sector social así lo creé correcto y que no es cerrarse a un punto extremo solo que ya no será necesario correr tras alguien y que el letrero de “llévelo, llévelo, aguanta de todo por muestras mínimas de afecto”; ese letrero ya no es necesario.
No hay sentimientos de culpa, ni resentimientos, el pasado ya se fue y nadie tiene la responsabilidad de mis actos, es momento de sonreír plenamente, de trabajar y de vivir, si en el camino al avanzar se presenta alguien y concordamos en caminar juntos, adelante; ahora con convicción´´ de saber que cada cual será responsable de sus criterios, de alcanzar sus logros y que “podemos crecer juntos pero separados”, compartir el andar pero alcanzar cada quien sus metas y si en algunas coincidimos apoyarnos sin obstruirnos.
¿Entienden ahora cuando menciono que podemos estar juntos estando separados”? El amar no significar estar atados a convencionalismos culturales o sociales.
Acérquese a sus ideales espirituales y desarrolle acciones asertivas, su mejor guía en la tierra es usted mism@; ¡bien pues crea en usted mism@ sin sentirse superior a nadie!
“Viva y fomente vida en su andar”
Soy Anastasio Díaz M. (Atención personal al 246 122 43 18).
Hasta pronto