Santa Inés, patrona de la pureza y castidad
Santa Inés fue una virgen y mártir cristiana del siglo IV, venerada tanto en la Iglesia oriental como en la occidental. Tenía sólo 12 o 13 años cuando fue ejecutada; varios relatos afirman que fue decapitada, quemada viva o estrangulada.
Según una leyenda del siglo VI, era una bella muchacha romana educada desde muy pequeña a amar a Dios, que después de rechazar a numerosos pretendientes jóvenes de las familias romanas, fue denunciada como cristiana y enviada a una casa de prostitución como castigo, donde acudieron muchos jóvenes licenciosos, pero no se atrevieron a acercársele, pues se llenaron de terror y espanto al ser observados por ella. Se narra además que un joven perdió la visión cuando se atrevió a tocarla, aunque la recuperó gracias a las oraciones de la joven. Poco después sería ejecutada y enterrada en la vía Nomentana, en una catacumba a la que se le puso su nombre. Hacia el año 350 se construyó una iglesia sobre su tumba. En arte, se la suele representar con un cordero, símbolo de inocencia. El 21 de enero, el día tradicional de su fiesta, se bendicen dos corderos en su iglesia de Roma, y con la lana se tejen unas bandas de lana blanca, que el Papa coloca a los arzobispos como un símbolo de su autoridad.
Santa Inés -mártir virgen- nos hereda un mensaje vivo en su oración: a) la edad no es un obstáculo para la madurez física y espiritual, b) el amor va más allá de las injusticias y el dolor, c) valentía, fidelidad a Dios, d) adolescente se puede fascinar por el amor de cristo, e) la fe puede llevar a aceptar el martirio para no traicionar, f) enseña a los jóvenes el valor y la alegría de la castidad, g) sentir fe en las pruebas más duras…
Un pueblo que tiene por patrona a Santa Inés (Zacatelco Tlaxcala), seguramente vive y sigue sus principios: pureza y castidad. Sus jóvenes son educados en la madurez espiritual más que en el juego y el espectáculo; las prácticas religiosas no lucran y los espectáculos no tienen otro fin más que el de fascinar a los adolescentes en el amor a Cristo; los días de fiesta son el ayuno y la prudencia del cuerpo, el sacrificio primero, los jóvenes de este pueblo se alegran en la castidad y soportan con fe las pruebas más duras de un Tlaxcala tan cerca de Dios y lejos del lenocinio.
PD. Que Santa Inés nos bendiga y cubra con su manto de pureza y castidad que tanta falta nos hace. Salud!