San Miguel del Milagro: El santuario más visitado en Tlaxcala

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Hoy el Baúl de los Recuerdos se abre para comentar que la población de San Miguel del Milagro se ubica muy cerca de la zona arqueológica de Cacaxtla. En esta población se encuentra el santuario  de San Miguel Arcángel. Es una población profundamente católica, enclavada entre cerros, que conserva sus tradiciones y costumbres. Durante todo el año  San Miguel se convierte en el santo de la devoción de muchos creyentes. Sin embargo, la manifestación de fe se muestra más en estos días donde la gente de diferentes partes del  país se organiza para llegar hasta el santuario formando procesiones que llegan a pie, en bicicleta, en camión, o bien, organizados en familias, no importando que haga frío calor o llueva  para mostrar  agradecimiento a San Miguel.

Por otra parte, resulta que antes de la llegada de los españoles, está zona fue habitada por la cultura olmeca, quien dio vida a la zona arqueológica de Cacaxtla. Con la conquista llegó la religión católica y  la aparición de San Miguel Arcángel, en el cerro del Tzopiloatl (Cerro de los zopilotes).  Tras la aparición, el sitio comenzó a poblarse y para 1680 ya existía una ermita y una hospedería para los peregrinos,  quienes año con  año, comenzaron a llegar a visitar a San Miguel Arcángel y a tomar el agua milagrosa del lugar.

Miguel, en hebreo, significa “Quién como Dios”, en árabe, griego y latín simboliza al Jefe de los Ejércitos de Dios, lo mismo sucede en las religiones judía, islámica y cristiana, incluyendo a las iglesias católica, ortodoxa y anglicana. Arcángel se traduce como “Ángel principal” o “Capitán de los Ángeles”. Para los hebreos es el protector de Israel y patrono de la sinagoga. La iglesia católica lo considera patrono y protector de la iglesia universal. La iglesia copta lo considera el primero de los siete arcángeles junto con Gabriel, Rafael, Uriel, Raguel, Sariel y Remiel.

El Arcángel San Miguel es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás. Por eso, en el arte se le representa con un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También se representa algunas ocasiones pesando las almas en la balanza, pues según la tradición tomará parte en el juicio final  

La tradición cuenta que el 25 de abril de 1631, Diego Lázaro, uno de los primeros convertidos al catolicismo, participaba en una procesión por el día de san Marcos cuando tuvo una visión interior de San Miguel quien le dijo: “Yo soy San Miguel Arcángel y he venido a decirte que es voluntad de Dios y mía que les digas a los habitantes de esta villa y de sus alrededores que en la barranca compuesta por dos montañas y frente a este lugar encontrarán una fuente milagrosa de agua que sanará todas las enfermedades. Está debajo de un gran peñasco, no dudes lo que te digo y no olvides lo que te mando a hacer”

Diego Lázaro, pensando que nadie le creería, mantuvo aquello en secreto, pero unos días más tarde enfermó de gravedad. Al principio, no pensó que su mal se debiera a su desobediencia. Trece días después, en su agonía, en un instante de intenso dolor, un rayo apareció frente a sus ojos. El Arcángel tomó a Diego Lázaro, lo llevó a la barranca y le dijo: “Aquí, donde toque con mi cayado está la fuente de la cual te hablé durante la procesión. Debes darla a conocer o serás severamente castigado”. Cuando San Miguel tocó tierra con su cayado un fulminante rayo señaló el lugar de la fuente milagrosa. “La luz que ves desciende del cielo y es el poder que Dios está dando a esta fuente de agua para la sanación de todas las enfermedades y necesidades espirituales. Hazlo saber a todos”. En ese momento sanó Diego Lázaro.

Solamente la familia de Lázaro creyó su historia y fue con él a tratar de excavar el lugar señalado por San Miguel, pero les fue imposible remover las rocas. De pronto, apareció un joven de extraordinaria apariencia y con fuerza sobrenatural removió las rocas, abriendo la fuente de agua milagrosa. Aun así,  Diego, no acató la orden de San Miguel.  Seis meses después, mientras participaba en la misa, un dolor irresistible y extraño lo atacó. Tuvo que irse a su casa. San Miguel se apareció por tercera vez y le habló con voz de reproche: “¿Por qué eres tan cobarde y negligente en cumplir lo que te he encomendado hacer? ¿Deseas que te vuelva a castigar por tu desobediencia? Levántate y da a conocer lo que te he pedido”.

Diego Lázaro se levantó, fue a la fuente, recogió agua en unos jarrones y fue a ver al obispo quien lo recibió y le prometió investigar la aparición. El obispo pidió que se distribuyera el agua entre los enfermos del lugar. Todos los que tomaron el agua sanaron inmediatamente. Fue así que se iniciaron los eventos milagrosos que continúan hasta nuestros días. Frente a la Iglesia está el pozo. Hasta la actualidad el guardián distribuye el agua a los peregrinos. 

Comentarios y sugerencias: jemoralesm1990@hotmail.com 

 

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