REFORMA ENERGÉTICA: LOGRO DE WASHINGTON

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El lunes 11 de agosto de 2014 fueron promulgadas las leyes secundarias de la reforma energética y con ello la entrega de la riqueza petrolera nacional, todo esto posible gracias a un país silenciado y una obsecuente mayoría del congreso de la unión.

El proyecto que Peña Nieto elogia como un gran logro modernizador de su administración no es más que el resultado de acuerdos previos con Washington y con las grandes compañías estadounidenses.

La revista proceso en su edición 1971 expone en sus investigaciones entre otras consideraciones que: “el paquete de seis dictámenes que se aprobó en ambas cámaras del congreso mexicano, fue planeado, diseñado y cabildeado desde la oficina de un poderoso senador estadounidense, el republicano Richard Lugar quien el 21 de diciembre de 2012 pronosticó, en un extenso informe al Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, presidido por John F Kerri, que los Acuerdos Transfronterizos sobre Hidrocarburos (ATH) – para regular los yacimientos en el golfo de México- se convertirán en el Caballo de Troya para permitir la apertura completa de las inversiones extranjeras en el sector”, por otro lado también se afirma: “el legislador estadounidense realizó una visita a México en octubre de 2012 y sostuvo reuniones en la embajada de su país con integrantes del equipo de transición de Peña Nieto y con dirigentes de la cámara de diputados y del senado, así como empresarios”, Richard Lugar argumenta que al aumentar la producción de barriles de petróleo mexicano se asegura la producción doméstica de estados unidos, pero hay algo más: el plan era que “las reformas energéticas determinarán en qué medida México será parte de la futura seguridad energética de Estados Unidos y América del Norte” en la parte medular del informe denominado: Petróleo, México y el acuerdo transfronterizo. Lugar enumera las tres razones más importantes para impulsar los ATH. “La primera es que se convertirán en una especie de “Caballo de Troya” para una reforma energética más profunda; las otras dos: garantizaran que las petroleras puedan invertir en todo el territorio mexicano y harán avanzar las relaciones entre México y Estados Unidos”.

El acuerdo de los ATH fue avalado por Estados Unidos el 19 de diciembre de 2013, en las fechas en que el congreso mexicano se aprobaban las reformas constitucionales. La sincronía entre las negociaciones de los ATH y la agenda legislativa fue sorprendente, el 18 de julio último cuando la mayoría del PRI, PAN y Partido Verde aprobaban en esa instancia la nueva Ley de Hidrocarburos que legaliza el nuevo modelo de contratos con empresas privadas nacionales y extranjeras, los acuerdos transfronterizos entraron en vigor… la inferencia es simple: la soberanía nacional se quebrantó y los mexicanos terminaron vendiendo su territorio a un país genocida. Una vez más: pobre México, tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos.

Pd. Gracias a los lectores que no se dejan persuadir por la falsa propaganda del gobierno mexicano.

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