“Pegasus” es el primer avión 100% mexicano

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Raúl y Rodrigo Fernández —padre e hijo, respectivamente— presentaron después de cuatro años de trabajo el prototipo “Pegasus”, un avión completamente desarrollado en México con ingeniería moderna y totalmente diferente a lo que existe.

 

“Es nuestro primer prototipo, por lo que ahora nada más es para realizar pruebas, pero la idea es que este avión tenga un alcance de mil 600 kilómetros, que pueda llegar a una velocidad máxima de 400 kilómetros por hora y que su techo sea de 16 mil pies”, comentó Rodrigo en entrevista con MILENIO.

En el desarrollo de la aeronave está involucrado un equipo de ingenieros altamente calificados que utiliza software de última generación, tanto para el diseño y modelado, como para las simulaciones de comportamiento aerodinámico.

“La mayoría de las aeronaves que existen son diseños que nacieron desde los años 50, solo se han modificado en cuestiones como la aviónica y motores más modernos, pero no han sufrido una modificación de raíz para hacerlos más eficientes y aerodinámicos”, aseguró.

Inquietud oaxaqueña

Raúl Fernández durante mucho tiempo tuvo en la mente diseñar un avión ciento por ciento mexicano. “Mi papá es aficionado a la aviación, no es piloto, es ingeniero, pero sí trabajó mucho tiempo en Líneas Aéreas Azteca como asesor, de alguna u otra forma siempre ha estado relacionado con las aeronaves”, relató Rodrigo.

La inquietud empezó a tomar forma de proyecto cuando en 2011 fundaron la empresa Oaxaca Aerospace, con el objetivo de hacer un avión totalmente diferente a los existentes.

El diseño, explicó Rodigo, gerente general de la firma, es ideal para labores de vigilancia, por lo que entre los clientes potenciales están las fuerzas armadas y policías, pero también sirve para escuelas de aviación y pilotos privados. La expectativa es producir al menos 12 aeronaves en 2019.

Pero tanto desarrollar el “Pegasus”, como llegar a comercializarlo, no es una tarea sencilla. El principal obstáculo que han tenido que sortear “es lo económico, la mayor parte ha sido inversión propia, pero también contamos con el apoyo del Conacyt desde 2011”. Los Fernández han invertido alrededor de 3 millones de dólares en el desarrollo de este prototipo, “pero pretendemos que tenga un precio de 550 mil dólares”, comentó Rodrigo.

Sobre la hazaña de diseñar, fabricar y vender un avión mexicano, Rodrigo concluyó que “no es fácil; sin embargo, hay muchos ingenieros en México que están bien capacitados y tienen los conocimientos, realmente lo que hace falta nada más es decidirse a empezar y no darse por vencidos”.

La firma tiene el apoyo de la aceleradora de negocios TechBA, que “empezó a trabajar con nosotros, aun cuando no podemos vender el modelo, y nos dio acceso a personas con mucha experiencia en el ramo de la aeronáutica, que han trabajado en empresas como Bombardier”, comentó.

También tienen el apoyo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que colabora con los especialistas para las pruebas.

Fase de pruebas

Aunque el avión todavía no ha volado, “hicimos un programa de pruebas con el IPN y hasta ahorita estamos en la fase de pista, se tienen que hacer muchas pruebas, no es solo levantarlo y ya”, acotó Rodrigo.

El ingeniero Isaías Pacheco y el doctor en aeronáutica Carlos Rodríguez son los especialistas que apoyan en esa labor. “Esto hay que trabajarlo con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y todavía no nos autorizan la de despegue, para eso necesitamos modificar la hélice porque no hemos obtenido el empuje calculado, pero una vez que encontremos la adecuada, ya se podrá despegar el avión”, abundó el gerente general.

Aunque hay personas interesadas en el avión, Rodrigo explicó que primero deben certificar el siguiente prototipo como experimental para poder ofrecer la aeronave. “La primera certificación sería con la DGAC. La verdad no sabemos cuánto tarde, es un trámite que vamos a ir haciendo en conjunto porque ellos no hacen eso normalmente, sino que toman mucho de lo que aprueba la FAA (autoridad de EU). Nos hemos acercado con ellos y no están acostumbrados a hacer todo el proceso”, comentó Rodrigo.

Al preguntar si no tienen miedo de que el “Pegasus” se estanque en alguna fase y no llegue a su objetivo, Rodrigo señaló: “Siempre hay riesgo de que los proyectos no funcionen como uno espera, pero nosotros estamos apostando y estamos trabajando bien para que sea un éxito”.

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