MÁS ALLÁ DEL ESCENARIO
No es sorpresa para la ciudadanía saber que, algunos de nuestros políticos les guste el teatro, ya sea como espectadores o como actores e incluso como grandes productores, donde se destacan en los géneros del drama, suspenso, terror, comedia, sin pasar por alto el de la fantasía, entre otros más.
Aplicando todo el esfuerzo necesario para dar un gran show, donde el principal espectador es la ciudadanía, cuyo objeto principal es que tenga un instante de distracción y así, olvidar los aconteceres del día a día, a tal grado de dejar sorprendido al espectador y que éste, en lo único que piense y comente sea sobre la magnífica obra que los políticos le obligaron a ver.
Así es como pasamos del espectáculo “capturando a los neo priistas” a la recientemente estrenada obra “las travesuras del niño Anaya”; Pero cuál es el trasfondo de dicha obra, que está suscitando en el sector político para que la ciudadanía tenga el privilegio de tener una nueva producción y olvide que el espectáculo anterior está a punto de caerse el telón.
Independientemente de que la obra coproducida por el propio gobierno federal, junto al PRI y el PAN, donde se destaca el protagonismo del presidente de dicho partido político, Ricardo Anaya, sea para desviar un poco la atención de la obra “capturando a los neo priistas” donde uno de los actores principales, Javier Duarte, ha acrecentado más las posibilidades de librar la cárcel; existen otros factores enfocados al 2018.
Y no solo me refiero al proceso electoral, que bien es parte de este teatro, pero no es el principal factor, más bien tenemos que visualizar un poco más allá de día de la elección, ver que sucederá después de la transición presidencial, esto es, empezar a marcar el camino, en caso de que el partido en turno pierda la elección presidencial y se inicie una cacería en su contra.
Por ello y ante el peor escenario, el único elemento que podría salvaguardar los intereses del gobierno actual y de los priistas, es dejar a un “fiel” y disciplinario discípulo, me refiero al próximo Fiscal General de la República, que los priistas junto a los panistas, han apuntalado al actual Procurador General, para que sea él quien encabece la nueva institución ministerial. Cuya finalidad sería, que no realice alguna investigación en contra al actual gobierno cuando este haya culminado su mandato.
Y a todo esto, por qué armar la obra de las “travesuras del niño Anaya”, la razón entre otras, es que Ricardo Anaya, estuvo en contra de la designación del Procurador como el nuevo Fiscal General, por ello, rápidamente el gobierno priista, junto con algunos panistas en contra de Anaya, armaron una magnífica obra para desestabilizar su mandato, pues en su momento, Ricardo, controlaba las bancadas de los diputados y senadores, así mismo el mando de su propio partido.
Sin olvidar que él, hasta este momento, es el virtual candidato del PAN, además de que ha conformado un gran grupo partidista, en conjunto con el PRD y Movimiento Ciudadano, es por ello, que si el PAN en contubernio con el frente opositor de las izquierdas y MORENA, votaran con contra de la designación del Fiscal General, era obvio que la acción del PRI, no iba a resultar favorecida.
Por lo que ahora el gobierno junto con los priistas y algunos opositores del PAN, nos quieren demostrar con su teatro es que Anaya, al igual que lo han hecho con López Obrador, son un peligro emitente para México. Con ello no infiero que Ricardo Anaya sea inocente sobre las acciones que se le están políticamente imputando, para ello hay que esperar las investigaciones que practiquen las autoridades correspondientes y si hay algún delito que se le castigue.
Lo que aquí quiero señalar, es que no solo nos quedemos con lo que nos muestran en el escenario político, sino habría que ver más allá, no solo lo que ocurre atrás del telón, si no ver y analizar el objetivo principal de la obra.