La pandemia del COVID 19 y su impacto en la economía mundial en el año 2022
Información de: José Andrés Pérez
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud OMS, el 31 de diciembre del 2019, la Comisión Municipal de Salud de la ciudad de Wuhan (provincia de Hubei, China) le notificó que en esa ciudad, había aparecido un brote de casos de neumonía, los cuales posteriormente se diagnosticó, que habían sido causados por un nuevo coronavirus, el SRAS-CoV-2, responsable de la enfermedad denominada “Síndrome Respiratorio Agudo Severo”, mejor conocida como COVID 19. A partir de esa fecha, la historia del mundo moderno tiene un antes y un después.
Este virus hoy en día, es responsable de millones de muertes alrededor del mundo, de la perdida de igual número de empleos, de la caída de PIB global, de la crisis en las principales bolsas de valores, de problemas macroeconómicos como la recesión, inflación y estanflación, así como del incremento de la deuda externa de muchos países en los cinco continentes.
Desafortunadamente los economistas del Banco Mundial, prevén que al menos en los próximos dos años, el mundo mantenga el ritmo de crecimiento que se tuvo en el 2021, cuando la producción global se incrementó en un 5.5%.
El Informe sobre Perspectivas Mundiales, elaborado por este organismo internacional, ha proyectado que el crecimiento mundial en 2022, será de 4.1% -inferior al de2021- y en el 2023, alcanzará apenas un 3.2%, debido entre otras cosas, a que la inflación crecerá, lo que tendrá un efecto negativo sobre el consumo y como consecuencia, los países se verán obligados a disminuir los apoyos fiscales, así como los bancos centrales, endurecerán su política monetaria, con el propósito de administrar la cantidad de dinero y crédito en su economía interna y con ello, tratar de controlar el incremento de los precios, para evitar que la inflación siga en aumento.
Sin lugar a dudas, este crecimiento puede ser menor en los países en vías de desarrollo y de la región de América Latina y del Caribe, entre ellos México; países que se caracterizan por tener regiones con pobreza y pobreza extrema, que tienen una alta dependencia con las importaciones de granos y de otros productos básicos, además de tasas de desempleo altas, servicios de deuda externa, a la que deben hacer frente en el corto plazo, una inflación creciente, así como un sector productivo estancado o en franco retroceso, y en muchos casos, también carecen de una política de sus gobiernos, que esté dirigida a apoyar la reactivación económica post pandemia.
Todo ello, aunado a diversos eventos acontecidos a principios del 2022, hacen que el panorama de la económico mundial se vuelva a obscurecer para los próximos años.
Entre estos eventos, se puede mencionar la aparición de nuevas variantes del coronavirus, el rechazo a la vacunación voluntaria por parte de gran parte de la población en Europa, Estados Unidos y América Latina, además de los efectos negativos en el sector agrícola, ocasionados por fenómenos naturales como sequías e inundaciones, -problemas asociados con el cambio climático-, sin olvidar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
De acuerdo a la opinión de expertos de la OCDE y del Banco Mundial, la aparición y propagación a escala global de la variante del coronavirus Ómicron, podría tener un efecto con tres aristas sobre las economías de los países: 1.Habrá un impacto sobre los volúmenes de producción que disminuirán la oferta de productos básicos, intermedios y manufacturados, presionando el aumento de la inflación, al no poder los países satisfacer la demanda de su población; 2. Se presentarán disrupciones en la cadena de suministro internacional, por falta de proveeduría en tiempo, calidad y cantidad de insumos, así como por la disponibilidad de medios de transporte, y; 3. Existirá un impacto financiero negativo en las empresas y en los mercados de valores, el cual retardará la recuperación económica.
En este sentido, México ha tomado sus previsiones y ha realizado algunos esfuerzos aislados para contener los efectos negativos de la pandemia. Destaca la campaña ininterrumpida de vacunación a la población, a pesar de los rechazos de un sector importante; la política monetaria implementada por el Banco de México, para contener la inflación; algunos estados, han presentado planes de reactivación económica; el gobierno federal subsidia la gasolina a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicio IEPS, entre otros apoyos, los cuales, si bien es cierto han sido importantes, no han tenido el impacto que se requiere, para estabilizar y hacer crecer la economía nacional.
Haciendo un análisis contextual, el panorama económico del país es incierto para los siguientes años, por lo que urge, que tanto el gobierno de Andrés Manuel López Obrador junto con los gobiernos estatales, la iniciativa privada, las diferentes cámaras y demás organizamos empresariales, trabajen de la mano, buscando los mismos objetivos y metas, que conduzcan a la recuperación económica de México en el corto plazo. Los mexicanos lo esperamos, sobre todo, aquellos que pertenecen a grupos vulnerables de nuestra sociedad y de sectores estratégicos para el desarrollo de México.