Hallan en cisterna a edecán reportada como desaparecida
Carmen Yarira Esparza Noriega tenía 27 años de edad. Sus familiares la buscaban desde febrero del año pasado. Presumían que había sido víctima de trata de personas, pero su cuerpo fue localizado en la cisterna del edificio donde vivía.
La psicóloga por la Universidad Anáhuac de Cancún y también edecán estuvo ahí 10 meses; fue hasta el 23 de diciembre que la encontraron cuando se presentó un desperfecto en el complejo de departamentos del Residencial Grand Chapultepec.
Los encargados abrieron la cisterna que abastece de agua a los 50 departamentos que ofertan en renta “lujosamente amueblados”, ubicados en Río Atoyac 89, colonia Cuauhtémoc.
“Yaris”, como la llamaban sus amigos, estaba ahí, flotando; su cuerpo presentaba un alto grado de putrefacción. El Ministerio Público tomó conocimiento de los hechos y envío el cadáver al Instituto de Ciencias Forenses para conocer las causas de muerte a través de la necropsia.
Ella desapareció el 18 de febrero del 2014, vestía ropa deportiva. Algunos dicen que la vieron por última vez al salir del edificio y otros al retirarse del gimnasio donde solía acudir.
Su familia comenzó una ardua búsqueda, lanzó campañas en redes sociales, salió a las calles para pegar la fotografía con las señas particulares de la psicóloga que soñaba ser actriz.
“Comunidad facebookera nuestra compañera y amiga Yarira Noriega está desaparecida desde el martes de la semana pasas, difundan la información para poder dar con ella lo antes posible!!”, se leían los mensajes.
El expediente 142/EXT/2014 de la Dirección General de Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad de la PGR da cuenta de la denuncia que presentaron por la desaparición de Yarira. Ahí la definen como una mujer de tez blanca y ojos medianos y cabello ondulado teñido de castaño, de 1.53 metros de estatura y complexión delgada.
Fue plenamente identificada por sus implantes en busto y cadera, así como por la cirugía en la nariz. De esta desaparición dio cuenta Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata, en su cuenta de Twitter, pues suponían que Yarira estaba en manos de personas dedicadas a la explotación de mujeres con fines sexuales y comerciales.
Sin embargo, una llamada alertó a la familia Esparza Noriega la víspera de Nochebuena, cuando autoridades les pidieron reconocer el cadáver. Ahora la Procuraduría General de Justicia del DF indaga la muerte de la edecán.
Fuente: Milenio