El mejor ayuno es analizar tus palabras
La práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma es tan antigua como la propia Iglesia. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia consiste en no comer carne.
Lo que dice el código de derecho canónico al respecto es: “Canon 1251: Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”. Hay que entender también que el ayuno es parte de un ritual en el que el trato del cuerpo “tiene” consecuencias morales, cambios en la conducta pues. Para profundizar más en ésta segunda idea (la de los cambios morales) me permitiré transcribir algunos consejos del papa Francisco o actos de caridad que él ha calificado como manifestaciones concretas del amor de Dios, y algunas sugerencias para darle vida nueva al ayuno:
1. Sonreír, un cristiano siempre es alegre. (Aquí me confundo: ¿todo el que sonríe es alegre? ¿Todo el que es alegre es cristiano? ¿Sonreír sin ser alegre no te hace falso e hipócrita?).
2. Dar las gracias aunque no “debas” hacerlo (¿Para qué dar las gracias si de todas formas no deberías hacerlo? ¿Siempre debemos dar las gracias? ¿Debemos dar las gracias en los actos justos? ¿Dar gracias es lo mismo que estar agradecido? ).
3. Recordarles a los demás cuanto los amas (¿Para qué recordar algo que ya saben los demás, será que no lo saben? ¿Recordar a los demás que los amas hace que los ames? ¿El amor requiere de recordatorios?).
4. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario (¿debemos saludar con alegría a todos los que vemos? ¿Y a los que no vemos a diario? ¿Es válido aparentar alegría para los demás?).
5. Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor (¿No es el caso que todos nacemos con prejuicios? ¿Cómo quitarnos los juicios propios de la iglesia? ¿El amor es un prejuicio? ¿Todas las historias pueden ser escuchadas? ¿Escuchar es entender o comprender?).
6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita (¿Existe la ayuda desinteresada? ¿Debemos ayudar incluso a los que no quieren ayuda? ¿Mi ayuda depende de la aceptación del otro? ¿Toda ayuda beneficia al otro? ¿La ayuda al otro no es limitar su propio desarrollo?).
7. Levantarle los ánimos a alguien (¿Toda palabra o acción que pretende levantar los ánimos logra su objetivo? ¿Qué es levantar el ánimo?).
8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro (¿no es levantar el ego del otro? ¿El éxito del otro no es la derrota de otro?).
9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita (¿todo lo que ya no usamos es útil a otros? ¿Por qué no regalar algo nuevo a otros y si algo usado?).
10. Ayudar cuando se necesite para que otro descanse (¿Todo el que es ayudado para descansar es feliz? ¿Qué alguien nos ayude para descansar lo hace buena persona?)
11. Corregir con amor, no callar por miedo (¿corregir con amor implica el uso de la fuerza o del castigo? ¿El miedo al castigo es un límite ante las distintas autoridades? ¿Cómo romper el miedo? ¿Callar siempre es malo?).
12. Tener buenos detalles con los que están cerca de ti (¿los buenos detalles para mi pueden ser malos detalles para el otro? ¿Los buenos detalles siempre son identificados por los que están cerca de mí?).
13. Limpiar lo que uso en casa (¿existen obsesivos de la limpieza? ¿Limpiar lo que usamos nos hace mejores seres humanos?).
14. Ayudar a los demás a superar obstáculos (¿No deberíamos dejar que el otro supere sus obstáculos por sí mismo? ¿Ayudar al otro siempre es benéfico? ¿Por qué ayudar a otros?).
15. Llamar por teléfono a tus padres (¿la llamada telefónica sustituye una acción o un gesto? ¿Llamar a los padres es el último recurso? ¿Llamar a los padres es no dar la cara?). Quedan ahí algunas preguntas para reflexionar las palabras y consejos de nuestro papa, no olvidemos que uno de los mandatos de nuestros días es la reflexión y el diálogo entre los semejantes…
PD. No se pueden utilizar ni la asistencia a misa, ni la comunión, ni las limosnas a la Iglesia como excusas para no pagar salarios justos – lo dice el papa. ¡Salud!