El Cine (Parte I)
EL CINE
(Parte I)
Hoy el Baúl de los Recuerdos se abre para rememorar al cine como un arte que definió la vida cotidiana de la sociedad del siglo XX, ha sido utilizado por la política, influyo en la economía, transformó la cultura, ha servido de propaganda y entretenimiento, se amoldó al capitalismo y al socialismo, padeció censura y persecución, fue un instrumento de denuncia y reivindicó derechos, dio testimonio de la destrucción y de la reconstrucción. Ha hecho llorar y reír, ha marcado tendencias e impuesto modas, estableció estilos de vida, creó iconos y celebridades, pero sobre todo, se consolidó como un discurso comprensible para todos.
El cine a nivel mundial fue inaugurado oficialmente como espectáculo en París, el 28 de diciembre de 1885. Desde entonces ha experimentado una serie de cambios en varios sentidos. Por un lado, la tecnología del cine ha evolucionado, desde el primitivo cinematógrafo mudo de los hermanos Lumière, hasta el cine digital del siglo XXI. Por otro lado, ha evolucionado el lenguaje cinematográfico, incluyendo las convenciones de género.
Los hermanos Lumière quizá no imaginaron que su invención revolucionaría al mundo. El cinematógrafo apareció cuando terminaba el siglo XIX. La imagen en movimiento casi como una aparición fantasmal despertó la curiosidad, desató la imaginación y alentó su constante reinvención. Sin embargo suele hablarse del cine mudo, de la época silente o muda, y esto no es del todo exacto aunque es cierto que las proyecciones sólo podían mostrar imágenes en movimiento sin sonido alguno, en las salas iban acompañadas de la música tocada por un pianista o una pequeña orquesta y además comentada por la voz de un explicador, imprescindible figura que hacía posible que multitudes analfabetas o inmigrantes desconocedores del idioma entendieran la película. Además las productoras encargaban partituras originales para sus películas más prestigiosas, con lo que al cine ya sólo le faltaba hablar, pero se tenía ya la concepción de una obra creada entre la imagen y el sonido. El cine mudo, en realidad, mudo del todo, en cierto modo no era.
Desde luego que un invento tan importante no podía quedar aislado de nuestra comunidad y por fortuna aquí en Zacatelco existe una persona que se llama Vicente Bueno Palma quien orgullosamente se autodenomina “Trabajador de la cinematografía”, el es un hombre sencillo, trabajador, pero sobre todo refleja una enorme emoción cuando habla del oficio de su vida, pues siempre trabajo en los cines.
Don Vicente comenta: “La industria cinematográfica en Zacatelco inicia cuando las empresas como : Pepsi, Coca Cola, Okey venían a dar funciones de cine al parque, o bien, personas que tenían un proyector daban funciones de cine en lugares como son las escuelas, curato, es decir, era un cines ambulantes: Sin embargo, el señor Eugenio Álvarez instaló en su casa un cine al que le llamó “Cine Hollywood” y ahí daba funciones, después surgió el “Cine Santa Inés” y posteriormente el “Cine Rojas”, a uno de ellos lo instalaron en el callejón que se encuentra en la esquina de la calle Benito Juárez y Emiliano Zapata en el centro de la población y el otro se ubicó en la casa que fue de Don Odilón Bermúdez que está en la esquina de la calle Morelos y Emiliano Zapata.
Para el año 1959, el señor Próculo Bermúdez y su esposa Doña Panchita junto con su hija deciden poner el primer cine formal en Zacatelco, al que le llamaron “Cine Nacional”, se ubicaba a un costado del parque municipal, donde ahora se encuentra “Coopel” y seguramente distinguido lector recordará cuando iba de la mano de Papá y de Mamá a ver la película que estaba en cartelera y que invariablemente eran películas de Pedro Infante, Javier Solís, Jorge Negrete, Cuco Sánchez, Viruta y Capulina, El Santo, Sara García, en fin. ¿Usted cuál fue a ver? ¿Todavía se acuerda quien lo acompaño?
Al preguntarle a Don Vicente cómo y cuando entró a trabajar al cine Nacional nos comenta: “Yo venía todos los domingos a la matiné, era el año 1961, yo estaba chamaco y era cuidador de burros, borregos y caballos, siempre pensaba yo voy a ser algún día un manejador de los aparatos cinematográficos y un buen día me dice Don Próculo “Oye muchacho, yo veo que cada domingo vienes a la matiné ¿Porqué no vienes a las funciones de la tarde o de la noche y yo le dije: “La verdad es que luego pasan películas de terror y a mí me da miedo y es que fíjese yo vivo hasta Tlaxixtla y todo el camino está oscuro. A lo que él me contestó: pero si sólo son películas. Y le dije “Pues sí, pero me da miedo. Y es que en esos tiempos no había nada de luz en las calles.
Don Próculo me dijo: Te gustaría venir a aprender aquí lo del cine, nosotros somos los dueños, avísale a tu Papá y diles que vengan mañana a hablar conmigo.
Entonces le dije: Le voy a avisar a mi Mamá porque mi Papá ya no vive. Al día siguiente que era lunes le explicó a mi Mamá, que si efectivamente me había invitado primero a aprender las actividades que tenía que realizar y ya después a trabajar y ese mismo día me quedé.
Esta historia continuará.
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