¡Vaya! después de que Andrés Manuel López Obrador, virtual ganador de la pasada elección presidencial, arrasara con la contienda, sus detractores (no aquellos que integran la alta esfera de la clase política, sino los militantes, simpatizantes y los ciudadanos “de a pie” que quedaron con el trauma de que López Obrador es un peligro para el país) iniciaron un clamor por exigirle cumplir con sus propuestas de campaña, sobre todo amenazaron con tener vigilado al próximo presidente de cada decisión que tomara.  

Desde esa perspectiva, pareciera que efectivamente el presidente virtual ya debería de estar laborando tal y como lo manifestó que desempeñaría sus funciones, pero lamentablemente no es así, no podemos exigir que López Obrador realice un buen trabajo, y no porque no debamos exigir sino porque legalmente Andrés Manuel, pues aún no es el presidente en turno, es más aún no se le otorga la constancia de que efectivamente haya ganado la elección y sea considerado legalmente como presidente electo.

Por tanto, desde el planteamiento efectuado por la propia sociedad contraria a la victoria de López Obrador, deberían estar más preocupados por observar las acciones que está realizando el aún presidente de todos ustedes, Enrique Peña Nieto, en lugar de estar al tanto de las actividades de quien ni siquiera legalmente se le ha declarado que sea el legítimo ganador de las elecciones. 

Ahora bien, desde las acciones que ha emprendido nuestro próximo presidente de México, que iniciaron tal cual lo señaló en su campaña, desde el segundo día después de las votaciones, pareciera que, de facto, ya empezó a gobernar, pues hemos observado que se ha reunido con el actual mandatario federal para iniciar la transición de poder, así como ha empezado a tomar las medidas necesarias que se van a desarrollar en la entrante legislatura.

 Asimismo, vimos que se conjunto con los próximos gobernadores, presidentes municipales, diputados locales y federal y los senadores, amen entrándolos que deberá seguir la misma línea de trabajo que llevará su administración referente a la lucha en contra de la corrupción y a desempeñar un gobierno totalmente austero. De igual manera, emprendió las rondas de trabajo con los empresarios predominante de nuestro país. 

Pero algo que ha destacado entre sus múltiples actividades, fue la reunión que se desarrolló en su casa de campaña, con la comitiva de los Estados Unidos de Norte América, donde sin lugar a dudas ha marcado un parteaguas, pues en la vida democrática de nuestro país, ningún gobierno se ha reunión con quien ni siquiera es legalmente el presidente electo de México.

Todas estas acciones, jamás hechas por algún presidente, han traído como consecuencia que la todavía administración peñista, se haya replegado, es decir, pareciera que ha “cedido el mando” a Andrés Manuel López Obrador, algo que, lo vuelvo a resaltar, nunca había pasado; pero lamentablemente eso no es algo bueno, pues mientras que López Obrador no tome la protesta de ley para que se le confiera el cargo de presidente, las disecciones que tome no tienen alguna obligatoriedad, pues mientras no  se haga la transición legal, la actual administración de Peña Nieto aún no sigue gobernando nos guste o no.

 

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