Adolescentes poblanos arman fiestas mañaneras con alcohol y drogas
Apenas amaneció, pasadas las siete de la mañana, chicos y chicas con ropa de calle o uniforme escolar se reunieron este jueves en el quiosco del Paseo Bravo. Murmuraban y reían: iban a la fiesta mañanera “Epic Morning”, con cervezas, tragos y DJs.
Desde muy temprano los estudiantes de los bachilleratos y secundarias esperaban sentados en las bancas que rodean el quisco, después de recibir invitaciones que se esparcieron a través de Facebook para concentrarse en ese lugar y de ahí partir a la reunión.
“Recuerdan esas fiestas en las mañanas hace 2 años ¿? Hoy venimos más fuertes, vamos a revivir esos momentos, vamos a pasarnos una mañana agradable”, señalaba la invitación que ofrecía “amigos, buena música, desmadre, alcohol, sexo, todo mañanero”.
Y además advertía: “Cover: Niñas $15 Niños $25 (nada de que traigo $10 déjame pasar, si haces eso te mandamos a tu casa)”. O por si las dudas: “Si llevas botella te la quitaremos en la entrada y al final te la damos (El alcohol se venderá adentro)”.
Los adolescentes portaban aún el pantalón y suéter negros de su uniforme, camisa blanca, con las iniciales CM Colegio México -ubicado en la calle 15 sur esquina con la 13 poniente-. Otros ya iban con ropa de calle: jeans, vestidos, blusas, camisas. Todos vestidos y arreglados para la mañanera fiesta.
Rumbo a la fiesta
Poco antes de las nueve de la mañana los adolescentes comenzaron a caminar hacia “Acopio”, un predio con patio y casona ubicado en la calle 11 Poniente 714, entre 7 y 9 Sur, pintado de color gris en la fachada y sin posibilidad de observar hacia el interior.
En la entrada había dos guardias, uno con el rostro cubierto hasta la mitad por el cuello de su suéter de tortuga.
Revisaron a cada uno de los asistentes y preguntaban al mismo tiempo: “¿Traes drogas, o comida, o armas?”
Un chico de no más de 19 años recolectaba la cuota: 15 pesos para las niñas y 25 pesos para los niños. Después una chica de blusa floreada y pantalones de mezclilla marcó con un plumón negro las muñecas de que ya habían pagado.
Los estudiantes, la mayoría de ellos entre 15 a 18 años, se reunieron en grupitos. Muchos se quedaron en el pasillo ancho que llevaba a un patio de tierra. Allí tocó un DJ que lucía un poco mayor, tal vez de 20 años.
Los baños de mujeres estaban llenos, porque adentro las niñas se cambiaban de ropa o se maquillaban en un espejo pequeño arriba del lavamanos.
Todos toman
A un lado del pasillo, dos rubias altas y delgadas vendían cervezas a 15 pesos. Había Indio y Tecate. Casi todos los jóvenes teníanuna botella café de cristal en una mano y un cigarro en la otra.
Uno de ellos preguntó si no habría otra cosa que no fuera cerveza. Una de las rubias respondió que también vendían vodka y whisky. Ellos preguntaron cuánto la botella, pero sólo vendían “tragos rosas” a 35 pesos.
En el patio los fiesteros se reunieron en grupos tomando y fumando, algunos se besaban entre ellos. Unos simplemente estaban sentados moviendo sus cabezas al ritmo de la música electrónica.
Había un olor a mariguana quemándose desde distintos puntos, rodeando el patio.
Dentro de la casa de un solo piso estaba la zona VIP (gente muy importante, por sus siglas en inglés). Una chica parada en la puerta de cristal seleccionó a quiénes podían entrar y quiénes no. A su lado estaba el dueño de “Acopio” y sólo lograron entrar unos 20 jóvenes.
Llegó el fin
Ya pasado el mediodía llegaron policías municipales y funcionarios de Normatividad Municipal sin gafete pero con chalecos con logotipo oficial para verificar el evento. Los jóvenes empezaron a salir. El dueño de “Acopio” grababa con su celular.
La fiesta estaba programada de 8:00 a 15:30 horas y es la segunda que se organiza en la ciudad de Puebla.
Algunos de los jóvenes parecían asustados y otros molestos. También comenzaron a grabar y reclamar: “No pueden detener a los chavos, no han hecho nada”.
Pero un funcionario de camisa sport y lentes, de cara redonda, los amenazó: “Te puedo llevar al tutelar (de menores)”. Un joven respondió: “A mí ¿por qué?”.
Al final todos se fueron, nadie fue arrestado. A los dueños de “Acopio” se les impuso una multa, aunque no es la primera vez que son sancionados o les cierran.
En las redes sociales los chicos acusaron a una joven de vestido negro y a otros que fumaron marihuana en la calle. Ya estaba previsto que las autoridades llegaran.
Pese al accidentado final, en redes sociales asistentes organizaron un “After” para seguir la fiesta apenas pasadas las 12 horas, en la unidad habitacional Loma Bella.
Fuente: Periódico Central